29 enero 2007

VERBALIA


En el universo de Internet se puede encontrar de todo (o casi de todo). Hay, como todo buen internauta sabe, páginas elaboradísimas, muy vistosas, con muchos enlaces, con animaciones, con sonidos... Pero si no nos dejamos cegar con estas luminarias, a veces vacuas e insustanciales, y profundizamos en el contenido, podemos encontrar pequeñas joyas como ésta:

Aquí encontraréis diversión con las palabras, con la erudición, con la anécdota... Y, para muestra, un botón: este curioso artículo, enriquecido por nuestra querida e imponderable compañera Marian, ha salido de tan sustancioso "site".

En los países de influencia anglogermánica las notas musicales están representadas por las letras A (la), B (si bemol), C (do), D (re), E (mi), F (fa), G (sol) y H (si natural). Esta notación musical implica unas relaciones entre notas y letras que no han pasado inadvertidas a muchos de los grandes compositores. Johann Sebastian Bach fue uno de ellos. De hecho, le gustaba tanto jugar con su propio nombre (BACH: si bemol-la-do-si natural) que muchas de sus fugas contienen esta serie de notas, una especie de signatura sonora. Especialmente algunas de las que aparecen en la popular recopilación El arte de la fuga. Muchos músicos posteriores quisieron tributar homenaje a Bach y le dedicaron obras que empiezan con estas cuatro notas.

El musicólogo catalán David Puertas recogió un montón de esas obras. Por ejemplo, Seis fugas sobre el nombre de Bach op. 60 de Robert Schumann (1810-1856), el Preludio y fuga sobre el nombre de Bach de Franz Liszt (1811-1886), las Seis variaciones sobre el tema B-A-C-H de Nikolai Rimski-Korsakov (1844-1908), y otras que sobre este mismo tema escribieron Ferruccio Busoni (1866-1924), Max Reger (1873-1916), Arnold Schönberg (1874-1951), Arthur Honneger (1892-1955) y otros muchos, sin olvidar las páginas en las que el nombre de Bach aparece más o menos escondido (como en la Sinfonía n. 2 de Johannes Brahms) o proyectos inacabados como la obertura que Beethoven quería dedicar al gran maestro del Barroco, pero que nunca llegó a acabar. El compositor alemán Hans Eisler (1898-1962) es autor de un Preludio y Fuga sobre B-A-C-H para trío de cuerda op. 46, pero no fue la única obra en la que utilizó el tema BACH pues, en otra ocasión, escribió la Fuga en Si bemol para piano que empieza con un tema que contiene las mismas notas que La Internacional y, poco a poco, se va transfigurando en el tema BACH.

(www.verbalia.com)

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